ASEDIADO
Varias fueron las llamadas que J. Álvarez recibió en las noches a su habitación del hotel, en las que voces femeninas le declaraban su amor; pero cuál sería su sorpresa cuando descubrió que era su compañero Pipe Peláez quien le jugaba una broma. “Lo que realmente me duele de la chanza, es que las fans no existían”, comentó entre risas el imitador.